Por Mario L. Tercco / Que casi todo lo arriba trascripto siga siendo válido explica que la historia se repita y, a diferencia del 18 Brumario bonapartista que comentaba Marx, que se repita como tragedia. Sobre la nueva ocupación, esta vez en el predio que antes ocupaba un desarmadero de autos policial en Villa Lugano (todavía en curso al escribir esta nota), lo más lúcido que se ha escrito es la columna de opinión El techo, de Horacio Verbistky en Página 12 del domingo 2 de marzo. No exento de críticas al gobierno nacional, el texto dice entre otras cosas:
“La ocupación del cementerio de automóviles revive la del Indoamericano. Las promesas que entonces se hicieron para desalojarlo no se cumplieron y la disposición de los referentes a negociar una salida pacífica fue utilizada para criminalizarlos. El problema porteño de la vivienda es estructural y la dificultad de acceso a la tierra constituye el problema social más grave del país, al que CFK no aludió ayer” (en referencia al discurso presidencial en la apertura del período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación).
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