Por Oberdán Rocamora / Tal vez, o con seguridad, Liuzzi hizo muchas que no correspondían. Pero en esta “exigencia dineraria”, según nuestras fuentes, se comió un garrón. Por advertirle, acaso, al señor Juez:
Exigencia dineraria“Mire doctor que están mangando en su nombre”.
Significa confirmar que Liuzzi cometió el pecado de avivarlo solidariamente a Oyarbide, quien también, con seguridad, hizo varias que no le correspondían. Pero en esta “exigencia dineraría” el juez dormía, acaso, la siesta. Sin imaginar que lo aguardaban para ir por él.
Para arrastrar al dandy excéntrico por el fango. Con la refinada inmanencia del fondo operístico, y entre fastidiosos cortes de luz.
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