Así como el carruaje de Cenicienta se convirtió en calabaza después de medianoche, el Metrobus de Juan B. Justo resultó ser solo un sistema de carriles exclusivos. Es que, según un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) existió “una modificación sustantiva en el objetivo de la obra” y el colectivo de transito rápido con estaciones cerradas e ingreso con molinetes terminó siendo solo una vía con prioridad.
Los auditores detectaron que en el proyecto licitado no se resolvieron algunas cuestiones jurisdiccionales que “derivaron en que las estaciones terminen siendo abiertas en lugar de cerradas”, principal motivo por el que el Metrobus pasó de ser un BRT (colectivo de tránsito rápido) a un sistema de carriles exclusivos. Es que “mientras que a la Ciudad le compete la infraestructura por la que circulan las líneas de colectivos, es la Nación la que regula las líneas de transporte público que conforman el Metrobus” y según el organismo de control esta diferencia “cambió la idea original”.
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