Un hecho que claramente marca la complicidad de los funcionarios del Ejecutivo municipal con el zar de juego, sucedió en Río Gallegos, cuando personal de Bromatología de la comuna procedió a una inspección de rutina en Casino Club, encontrando ratas, comida en descomposición, máquinas no habilitadas y por tal motivo, procedió a ordenar su clausura. Se precipitaron las llamadas, se calentaron los celulares y el Director General de Desarrollo Comunitario, ordenó, personalmente que se suspendiera el cierre de la casa de juego.
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