martes, 26 de julio de 2022

EL CENTRO CULTURAL URQUIZA PRESENTÓ SU INICIATIVA PARA CONCRETAR EL MUSEO DE LA ORGANIZACIÓN NACIONAL


Tuvo lugar el pasado día Viernes en el salón del Club Social de Concepción del Uruguay el acto de presentación de la iniciativa del Centro Cultural Urquiza para concretar el Museo de la Organización Nacional en la casa que fuera del primer presidente constitucional argentino, Justo José de Urquiza.

En representación del Sr. Gobernador de la Provincia, Cdor. Gustavo Bordet, que hizo llegar una salutación a la que se dió lectura, se hizo presente la Secretaria de Cultura, Francisca D´Agostino. Concurrieron al acto, entre otras autoridades, el Presidente Municipal Dr. Martín Oliva, el ex Presidente Municipal Dr. José Eduardo Lauritto, funcionarios municipales e integrantes de todos los bloques del Honorable Concejo Deliberante local, intendentes de localidades vecinas, las diputadas nacionales Gabriela Lena y Sabrina Ajmechet y el diputado provincial Jorge Satto. También asistieron numerosos representantes de diversas instituciones y organizaciones de la sociedad civil de la ciudad y la región. Ante una concurrencia que desbordó el salón, y tras las palabras de bienvenida por parte de la Presidenta del Club Social, Dra. Andrea Cabrera, se dio inicio formalmente al acto con las palabras del Dr. Fidel Rodríguez, Presidente de la sub comisión del Centro abocada a impulsar el proyecto del Museo, y del Lic. Hugo Barreto, Presidente del CCU, quien mencionó y agradeció a las más de 60 instituciones que hicieron llegar su apoyo explícito a la iniciativa. Posteriormente se brindó una presentación en la que la Profesora Luisa Baggio, con la ayuda de banners y audios, mostró algunos de los contenidos y temas que deberían dar vida al futuro museo. 

Cabe recordar que la propuesta del CCU para concretar el Museo cuenta con el aval de diversas iniciativas legislativas; un proyecto de declaración de la diputada nacional Gabriela Lena con dictamen favorable de la Comisión de Cultura, y sendos proyectos de declaración del diputado provincial Jorge Satto y de comunicación del Senador del Departamento Uruguay Horacio Amavet, aprobados por las respectivas cámaras. El Honorable Concejo Deliberante de Concepción del Uruguay también se ha pronunciado a favor de la concreción del Museo de la Organización Nacional en la casa de Urquiza, declarándolo de interés municipal. La diputada Sabrina Ajmechet por su parte, tras el acto manifestó su apoyo al proyecto señalando que “la idea de este sueño es crear un museo en el que todos los argentinos tengamos un lugar para recordar los inicios de nuestra Patria”, y enfatizó que “lo queremos ver hecho realidad”.     

El Centro Cultural Urquiza agradece la presencia de quienes nos acompañaron y todas las adhesiones y salutaciones recibidas. Manifestamos un agradecimiento especial al Club Social y a las empresas que colaboraron desinteresadamente en la organización del acto, Río Uruguay Seguros y Multipago. Esos avales alientan y motivan a seguir redoblando esfuerzos en pos de concretar el sueño de tener en el centro de la Capital Histórica de Entre Ríos y Cuna de la Organización Nacional un museo digno de nuestras mejores tradiciones y a la vez un museo del siglo 22, un museo que nos ayude a construir el futuro de nuestro rico pasado.-     

 

 

Hugo Barreto

Presidente del Centro Cultural Justo José de Urquiza

miércoles, 20 de julio de 2022

EL MAL LLAMADO "SALARIO BÁSICO UNIVERSAL" ES UNA PÉSIMA IDEA

Por José Antonio Artusi

Legisladores oficialistas han presentado un proyecto de ley para crear lo que denominan, incorrectamente, “salario básico universal”. Comencemos por lo obvio; es imposible encarar un debate serio sin ponernos de acuerdo en el significado de las palabras. El SBU, contrariando su propio nombre, no es universal; además no es incondicional ni individual, y por lo tanto no tiene nada que ver con otra idea que sí tiene esos atributos esenciales, el ingreso básico universal o ingreso ciudadano. El SBU surge, más allá de los ropajes seudo progresistas con los que se lo viste, y más allá de las imposturas del lenguaje, de una matriz de pensamiento conservador y paternalista, antiliberal. Diseñar políticas públicas basadas en esa matriz populista y demagógica sólo llevará a profundizar nuestro atraso y a condenar a los pobres a situaciones de sometimiento y falta de oportunidades de verdadera integración y movilidad social ascendente.  Los privará de los beneficios de una democracia plena, entendida – siguiendo a Hipólito Yrigoyen – como aquella que no sólo garantiza las libertades políticas sino que entraña a la vez la posibilidad para todos de poder alcanzar un mínimum de felicidad siquiera. Y está claro que la posibilidad de alcanzar ese mínimo de felicidad está indisolublemente unida al acceso a las condiciones materiales de la libertad.

Afortunadamente han surgido algunas voces lúcidas a denunciar las falacias de la propuesta y a mostrar alternativas. Daniel Nieto sostiene que “la propuesta del “salario básico universal”, que empuja en estos días el Frente de Todos en el Congreso, no tiene otro objetivo que organizar en los márgenes del sistema económico la regimentación de los trabajadores informales en el marco de las propias organizaciones sociales, que pasarían a ocupar el rol de ser la contraparte patronal del “salario universal”. No hay nada de progresista en esta propuesta, más emparentada con la organización medieval del trabajo y con formas de dominación social pre modernas. Un modelo de este tipo es claramente disfuncional para la integración social de los sectores informales, ya que los aísla del mercado de trabajo formal y los condena a una existencia tutelada por las organizaciones”. (https://seul.ar/planes-sociales-organiz/). Hace casi un año, este mismo autor alertaba que “la tesis del “empleo garantizado” o de “salario universal” no es muy distinta a lo que ya fracasó en los modelos colectivistas construidos por el stalinismo en el siglo XX o las corporaciones de trabajo del medioevo en las que se inspiran los pensamientos eclesiásticos sobre el trabajo…” (https://seul.ar/planes-sociales/). 

Rubén Lo Vuolo, por su parte, argumenta “que este tipo de programas consolida la segmentación social, estigmatiza a las personas beneficiarias de asistencia, al tiempo que sigue construyendo mecanismos de control social que dividen y enfrentan a la propia fuerza laboral. Es un modo de regulación “estática” de la pobreza y el empleo precario que, en lugar de “integrar” la protección social de la fuerza laboral, fragmenta programas según criterios arbitrarios del poder político” (https://www.eldiarioar.com/opinion/salario-basico-universal-notas-proyecto-ley_129_9079871.html)   

El ingreso ciudadano – conceptualmente en las antípodas – es la verdadera alternativa al SBU y es mucho más que un programa temporario de ayuda, no es un "plan", ni una dádiva, ni un subsidio, sino una política pública permanente que responde a un derecho de ciudadanía, universal e incondicional, justificado de manera brillante por Thomas Paine a fines del siglo XVIII.

El empleo precario garantizado para algunos, que de eso se trataría el SBU, con remuneraciones que con suerte sólo permiten no caer en la indigencia, implica profundizar la dependencia y el clientelismo. Su implementación agravaría la segregación y la exclusión de los más vulnerables, además de hacerlos caer en la “trampa de la pobreza”, fenómeno que se advierte claramente cuando los beneficiarios de los “planes” son desalentados a buscar empleos formales, condición que los haría   perder el beneficio, condicionado precisamente a su permanencia como pobres o desocupados. Estar obligado a aceptar, para poder subsistir, un remedo de empleo, realizando alguna tarea poco productiva que puede probablemente automatizarse, en condiciones inseguras o insalubres, sujeto a la discrecionalidad del jefe de turno; es denigrante, no construye ciudadanía ni brinda posibilidades de desarrollo humano integral, y acerca al término “trabajo” a su ominoso origen etimológico, más que al significado virtuoso que tiene el trabajo productivo y socialmente útil: la palabra trabajo viene de trabajar y esta del latín tripaliare. Tripaliare viene de tripalium, un yugo hecho con tres palos en los cuales amarraban a los esclavos para azotarlos.

Aldo Isuani lo resumió así en Twitter: “Salario universal pero para pobres; asignación por hijo universal pero para pobres; la salud pública universal pero para pobres; la educación pública universal pero cada vez más para pobres. Qué concepto tan raro tiene el kirchnerismo sobre lo que es universal!”,

Un verdadero ingreso ciudadano, individual, universal en serio e incondicional, en cambio, promovería el trabajo digno – en sentido contrario a lo que generalmente se cree – y sería un instrumento eficaz al servicio de la posibilidad real de ejercer derechos económicos y sociales desde una perspectiva de autodeterminación y libertad.

Llamemos a las cosas por su nombre, para que los rótulos mentirosos no nos engañen. El SBU es una trampa. Cuanto antes nos demos cuenta, mejor.-


Publicado en el diario La Calle el día 10 de Julio de 2022.-