Por Martín Caparrós / El peronismo, en su etapa actual, depende de que los oportunistas del momento consigan convencer a cuanta más gente mejor de que Cristina Fernández nunca lo fue, que es un accidente, un patinazo en el camino, un error que ya solucionamos. Que nos confundió durante un tiempo porque seguimos a su marido pero ahora ya nos dimos cuenta; nosotros somos la alternativa a todo eso –dirán, y querrán que les creamos.
La supervivencia del peronismo depende, una vez más, de que seamos suficientemente tontos. Ellos, una vez más, confían en nosotros.
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