Por Atilio Benedetti / Los que venimos observando la evolución (mejor dicho, la involución) de los números de las cuentas públicas de la provincia y la sucesión de errores y desmanejos económicos del gobierno entrerriano sabíamos que más temprano que tarde iba a suceder lo que hoy está ocurriendo.
Nuestro gobernador se ha sometido sistemáticamente a los caprichos de la presidente Cristina Fernández de Kirchner y ha llevado a Entre Ríos a una situación de dependencia económica del gobierno nacional que es indigna de su tradición y su historia de lucha federal. Estos últimos días durante su viaje a Cuba, Urribarri se preocupó por aparecer detrás de la presidente en cada foto, mientras el país y la provincia se sumergen en una de las peores crisis económicas e inflacionarias de la historia.
Hace años que le reclamamos a Urribarri que luche, como lo hacen los demás gobernadores de la región, por los recursos que nos corresponden y que son arrebatados por el gobierno nacional más centralista de la historia argentina. La receta de la obsecuencia sin límites le dio resultados durante la época en que el gobierno kirchnerista tuvo recursos para dilapidar, y aplicó en la provincia la misma receta populista que ellos. Pero ahora que el gobierno nacional ha llevado al país a una crisis inédita en la región (ni Uruguay, ni Chile, ni Brasil, ni Perú están padeciendo los problemas que sufre Argentina) y nos han arrastrado a la devaluación, a la inflación, a la crisis energética, y a la corrupción estructural, está claro que no lo van a continuar asistiendo como lo han hecho años atrás.
Entonces, ¿qué ha hecho el kirchnerismo provincial para intentar reemplazar esos recursos? Implementó sucesivas reformas tributarias para que sean los entrerrianos, los mismos que están padeciendo la enorme crisis económica nacional, los que le aporten el dinero que ya no le llega de Buenos Aires, y mes a mes está endeudando la provincia, ahora en dólares.
En marzo de 2012, el gobierno provincial incrementó el impuesto inmobiliario rural hasta un 500%, y ahora acaba de aplicar otra reforma tributaria, que otra vez aumenta los impuestos rurales, pero también las subas se aplicaron a los inmobiliarios urbanos, a los automotores, a las actividades productivas, a los servicios públicos y al acceso a la justicia.
En agosto de 2013, la provincia de Entre Ríos concretó la primera emisión de bonos en dólares, con tasas de interés en pesos, por un equivalente a 89 millones de dólares, a un plazo de tres años y una tasa del 4,80% anual más la suba del tipo de cambio. Debido a la devaluación aplicada por el gobierno nacional, esa deuda ya se incrementó en un 50%. Pero no conforme con ese pésimo negocio para los entrerrianos, nuevamente en diciembre Urribarri emitió bonos por un total de 64 millones de dólares.
Y como si todo esto fuera poco, y en la misma línea que el gobierno nacional, el gobierno de Urribarri se está quedando ahora con dineros de los municipios, a los que ya adeuda unos 100 millones de pesos.
El desastre económico al que el kirchnerismo llevó al país y a la provincia, confirma el final del gobierno kirchnerista y del ciclo de un proyecto político provincial que hasta hace unos meses pedía el voto prometiendo “el sueño entrerriano”.
Deseamos que el gobierno de Urribarri entregue su gobierno en el 2015 a un nuevo proyecto político, de la mejor manera posible. Y le reiteramos lo que hace rato le venimos pidiendo: que en vez de castigar a los entrerrianos, de una vez por todas se pare ante el gobierno nacional y le exija que nos devuelva los recursos que mes a mes nos arrebata. Allí estaremos todos, acompañando.
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