Textual: Informe de IDESA / Los indicadores del mercado de trabajo en la última década testimonian los enormes costos sociales que tiene asociada la baja calidad de las instituciones laborales. Hasta aproximadamente el año 2008, la generación de empleo se sustentó en la licuación de costos laborales basado en la caída del salario real producida en la mega-devaluación del año 2002. Las consecuencias de no haber sustituido un modelo basado en salarios bajos por otro que ponga énfasis en la productividad con mejores diseños en las instituciones laborales se exteriorizan con claridad en los últimos años. Prueba de ello es que el empleo se estanca y las autoridades se ven forzadas a exigir aumentos de salarios nominales por debajo de la inflación a fin de equilibrar la economía.
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