Por Lilia Puig de Stubrin / Tomar la escuela como unidad significa allanar el camino para el mantenimiento de las desigualdades que se potenciaron con las reformas de los 90 ya que las mejores escuelas serán las que estarán en condiciones de participar de los mejores proyectos. Las otras se deberán contentar con las políticas de promoción educativa que integran uno de los capítulos de la ley. La existencia de una sección de esta naturaleza es indicativa de la naturalización de la desigualdad que hace la ley y el abandono de la priorización de las políticas universales en la educación como instrumento de construcción de la ciudadanía.
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