Por Guillermo Almeyra y Alberto Binder / La rebelión de la policía de la provincia de Córdoba, con la ola de saqueos que fue analizada la semana pasada en Sin Permiso, tuvo un efecto cascada o dominó que se propagó por todo el país. El conflicto, puso en evidencia una vez más la fractura social ahondada por una inflación que supera el 25 por ciento anual, a la vez que mostró el fracaso de 30 años de gobiernos constitucionales en la democratización de las fuerzas de seguridad, eliminando la brutal corrupción interna y el carácter militar de su formación y funcionamiento. El costo y las consecuencias de estos nuevos parches, puestos con urgencia en estos días para seguir flotando en la crisis, todavía no han sido evaluados con seriedad. Ciertamente, los aumentos logrados a fuerza de pistola y saqueos por los policías de algunas provincias, desataron ya una ola de demandas en otros gremios de funcionarios públicos.
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