martes, 17 de diciembre de 2013

Un futuro con un corazón antiguo

Por Jordi Borja / Mientras tanto conviene insistir en algo que nos parece fundamental en nuestra época: la importancia de la resistencia a la globalización mercantilista, dominada por gobiernos imperialistas y empresas multinacionales sin otra alma que el negocio, caracterizada por procesos culturales homogeneizadores y empobrecedores y por procesos políticos cada vez más alejados de ciudadanos y territorios. Una resistencia que encuentra su base de apoyo en los ámbitos locales, en los lugares con significado, en las ciudades complejas, que poseen, reconstruyen y reutilizan la memoria, la identidad y la cohesión socio-cultural. Estos espacios de esperanza (Harvey), si son complejos y cohesionados podrán ser dinámicos e integradores.

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