Christian Sanz / Genera suspicacia que, a contramano del mundo, Mendoza insista en avanzar en la apertura de más y más salas de apuestas, al tiempo que se implementan nuevos juegos y se multiplican los adictivos tragamonedas.
Para entenderlo, solo basta saber que se trata de un negocio millonario, que genera millones de pesos por mes. Cualquier voluntad puede comprarse con ese dinero. Cualquiera.
El precio es el que hoy se paga: unos pocos se vuelven millonarios, mientras que la sociedad se empobrece, no solo económicamente, sino también a nivel social.
No es poco.
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