Por Darío Carrazza / Días pasados, el comité local de mi partido (la UCR), planteó la necesidad de un debate público entre los diversos candidatos. Ante ello se adelantó nuestro vecino, Alfredo De Angeli, para anunciar que no debatiría públicamente con nadie. Dijo que sólo había que votarlo por su trayectoria.
Consultado si ello se debía a falta de preparación de su parte sobre los temas que aquejan a nuestra República, apuntó que en todo caso iría al Senado a aprenderlos. Incluso se auto comparó con un niño analfabeto, que era enviado a la escuela justamente en razón de su ignorancia.
Resulta insostenible comparar la sed de conocimientos de un escolar, con la ignorancia de un candidato a senador nacional. Lo primero se justifica, lo segundo es aberrante. (Sepan ustedes disculpar que sea tan directo y tan franco, pero ya me siento grande como para soportar en silencio cierto tipo de explicaciones).
Tampoco se justifica la actitud de negarse a un debate público. Tenemos una Presidenta que no habla con la prensa; lo único que nos falta es un senador que no hable con sus pares.
Se supone que se postula para debatir ideas en un recinto público. En sus bloques, comisiones y sesiones los legisladores debaten sus ideas, y de allí deben surgir las grandes decisiones del Estado.
¿Qué piensa hacer Alfredo? ¿Cómo cree que podrá ayudarnos a enfrentar a los costados erróneos y autoritarios del gobierno? ¿Apelando a su trayectoria? ¿Qué tiene ella de particular para que los demás senadores doblen la rodilla y le concedan la razón a sus –por el momento desconocidos- argumentos?
No he de negarle buenas intenciones; pero se necesita más que eso. Si es por trayectoria también nuestro candidato, Atilio Benedetti, exhibe una foja intachable, sin actos de corrupción, trabajando para su partido desde los 17 años. Fue concejal y luego intendente de su ciudad –Larroque-, presidente del Consejo Empresario Entrerriano y del Congreso Partidario provincial. Es vicepresidente del Comité Nacional del radicalismo y diputado nacional. Preside la comisión de Economías Regionales de la Cámara baja. Ha presentado más de 200 proyectos en defensa de la producción, los jubilados, los perseguidos por las luchas ambientales, la equidad tributaria, educación, seguridad, economía, entre tantos temas.
El debate público es esencial en una República. Ni siquiera vale excusarse en la soberbia a quienes puedan verse ganadores, aunque es dable aclarar que tampoco ello se da en este caso, ya que en agosto hubo en la provincia en un empate técnico (23 puntos a 21) entre la alianza del Pro-Busti-De Angeli y el radicalismo.
Por lo demás, todos sabemos que para debatir públicamente no se necesita ser doctor en nada, ni político de profesión, sino tener conocimiento de la realidad, propuestas claras y el respaldo de un partido o acuerdo político serio, que trascienda más allá de unas elecciones.
Darío Carrazza es abogado, escritor, dirigente radical.-
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