Por Luciana Sabina / Para Rojas, la vida de Sarmiento no concluyó en aquel entierro, permanece entre nosotros y habla a través de sus escritos. Expresión plena de su dicotomía predilecta, tan civilizado como bárbaro, “El loco” Sarmiento es amado u odiado. Evidentemente, no escapó al destino que le vaticinó Jorge Luis Borges, ese de caminar entre los hombres que le pagan (porque no ha muerto) su jornal de injurias o de veneraciones.
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