El 17 de Agosto de 1976, Mario Abel Amaya e Hipólito Solari Yrigoyen fueron detenidos-desaparecidos por la dictadura militar. Mientras Amaya fue secuestrado en su domicilio por orden del general Acdel Vilas, subcomandante de la región militar 5ta., Solari Yrigoyen fue secuestrado en Puerto Madryn. Ambos eran representantes del radicalismo en el Congreso hasta el 24 de Marzo de 1976, cuando se produjo el golpe de estado contra Isabel Perón. Amaya era diputado nacional y Solari Yrigoyen senador nacional.
Se los traslado a la Base Aeronaval de Bahía Blanca, y luego al centro clandestino de detención conocido como La Escuelita, que funcionaba en el Regimiento 181 de Comunicaciones. Estuvieron desaparecidos hasta el 31 de agosto cuando, por presiones nacionales e internacionales, la dictadura los libero en Viedma con el objetivo de hacer pasar su desaparición como un secuestro guerrillero.
"Se nos arrojó con violencia del vehículo en que veníamos atados, amordazados y encapuchados, a una zanja lateral al camino" dijo Solari Yrigoyen.
Al encontrarlos la policía, los vuelven a detener y los encarcelan en la cárcel de Villa Floresta. El 11 de Septiembre son trasladados a la cárcel de Rawson donde debido a las torturas muere Mario Abel Amaya, quien era asmático y a quien le retiran el inhalador y los medicamentos.
“Tuve ocasión de ver a Amaya por última vez en el baño, tenía la cabeza partida, estaba morado por los golpes y hablaba con dificultad. Alcanzó a decirme: "Estoy muy mal" señaló Hipólito Solari Yrigoyen.
Amaya falleció a los 41 años y su entierro se realizó en Trelew. Allí habló Raúl Alfonsín quien expreso “Venimos a despedir a un amigo entrañable… Un amigo valiente que no sabía de cobardías. Un amigo altruista que no conocía el egoísmo. Un hombre cabal, de extraordinaria dimensión humana, encerrada en un cuerpo de salud precaria. Pero venimos también a despedir a un distinguido correligionario, a un hombre radical, a un hombre de la democracia, que no la veía constreñida a las formalidades solamente, sino que la vitalizaba a través de la participación del pueblo para poner el acento en los aspectos integrales, en los aspectos sociales. Ruego a Dios que haga que el alma de Mario Abel Amaya descanse en paz. Ruego a Dios que permita sacarnos cuanto antes de esta pesadilla, de esta sangre, de este dolor, de esta muerte, para que se abran los cielos de nuevo; que en algún momento podamos venir todos juntos a esta tumba con aquellos recuerdos agridulces y recordar el esfuerzo del amigo y poder decirle que se realizó, que dio por fin sus frutos”.
Semanas atrás se conoció el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Comodoro Rivadavia que califico las torturas seguidas de muerte de Mario Abel Amaya y las torturas a Hipólito Solari Yrigoyen como crímenes de Lesa Humanidad y condeno a Osvaldo Jorge Fano a 23 años de prisión, a Jorge Osvaldo Steding a 17 años de prisión y a Luis Eduardo García a 2 años de prisión.
NUNCA MÁS
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