Por Rogelio Alaniz / Ninguno de estos debates impidió que a mediados de 1963 el foco guerrillero se instalara a pocos kilómetros de la localidad salteña de Orán. Desde una perspectiva contemporánea no deja de llamar la atención la injerencia del Estado cubano, injerencia que se manifestó en cuantiosos aportes económicos, abundante provisión de armas y presencia efectiva de oficiales cubanos. En los años sesenta, y al calor del clima político de la época, a esta abierta intromisión en los asuntos internos de un país se lo llamaba internacionalismo revolucionario.
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