Por Rogelio Alaniz / Valgan estas consideraciones para entender por qué la oposición a la reelección indefinida, a la consigna “Cristina eterna” o alguna otra parecida, posee un fundamento político y ético. Al poder se lo puede limitar de diversos modos, pero desde el punto de vista político el recurso más eficaz es impedir que el presidente o el gobernador dispongan de la reelección indefinida, dispongan de la posibilidad de valerse de los temibles recursos del Estado para perpetuarse en el poder. No se trata de proscribir a nadie como tramposamente sostienen los Zamora, los Kirchner y los Insfran, pequeños y miserables aspirantes a déspotas que no por casualidad ambicionan realizar este deseo en provincias atrasadas, empobrecidas y hambreadas, en provincias con muchos sirvientes y pocos ciudadanos.
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