Por Mario Alarcón Muñiz / No es una exageración reclamarle memoria a los políticos, menos aún cuando desempeñan funciones relevantes. En esa década de “neoliberalismo salvaje”, Urribarri era legislador provincial. Lo fue entre 1991 y 2003. Doce años. Salvo los últimos cuatro, el resto integró el oficialismo, primero con Moine, luego con Busti. Entonces conviene recordar que votó a favor sin vacilar y sin chistar -además de otras muchas- dos leyes emblemáticas del ”neoliberalismo salvaje”: en noviembre de 1994 la 8866 de privatización del Banco de Entre Ríos y en agosto de 1995 la 8916 de privatización de la empresa de energía (Epeer). (“Es la memoria un gran don / calidad muy meritoria”, dice nuestro padre, Martín Fierro.)
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