Por Emilio García Méndez / Lejos de derogar el mencionado decreto, por parte de un gobierno que hace diez años se comporta como una verdadera aplanadora legislativa, a sus voceros oficiosos no se les ocurre mejor idea que culpar a las políticas neoliberales de los noventa no solo por las perpetuas sino por la vigencia del decreto militar. Hasta cuando este grotesco revisionismo, que mas parece una maquina descontrolada del tiempo, podrá seguir siendo utilizado para justificar un “atraso” que bastante se parece al dispositivo central de una política criminal para la infancia: la imputabilidad plena a los 16 años a contramano de todos los países de America Latina y en la misma dirección de las propuestas de la derecha mas cavernícola del continente.
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