Por SERGIO PALACIOS / “Es la economía, estúpido”. Así sentenció W. J. Clinton en la campaña presidencial de 1992 en los EE UU. En un país desarrollado podría ser cierto (solo podría). Pero en la Argentina, el ancho estómago de la política devora todo, aún los ciclos económicos más favorables. Basta analizar la situación “objetiva” de nuestro país y compararla con la realidad “objetiva” de Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Colombia. Ninguno de nuestros vecinos tiene los problemas que hoy se agudizan en la Argentina: alta inflación, caída de la inversión, fuga de capitales, crisis de todo el sistema energético. ¿Por qué con el mismo ciclo económico favorable a lo largo de 10 años los resultados son tan disímiles? La respuesta podría ser: “no es la economía, es la política, estúpido”.
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