viernes, 7 de junio de 2013

Los simuladores

Por Rubén Lasagno / Nadie cree que luego de un mes y medios de efectuadas las denuncias, la justicia pueda encontrar algo en los lugares en que supuestamente, se podrían hallar las pruebas. Hay una especial necesidad (y apuro) en demostrar que Lázaro Báez es un empresario impoluto, que todo lo hizo trabajando, que no tiene “caletas de dinero sucio”, que jamás truchó una empresa, que lejos está de las acusaciones de lavado de dinero y que nunca se le cruzó por la cabeza evadir al fisco o manejar dinero sucio. Nadie cree que no sea así, obviamente, a pesar del esfuerzo de algunos jueces y fiscales por llegar tarde para no encontrarse con lo indeseable: las pruebas. Todo es una simulación y el objetivo es despejar el camino para el último gran asalto a la obra pública: las represas sobre el río Santa Cruz.

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