Por Mario Arcusin / Urgencias son urgencias. Se empezaron a destapar los impúdicos e inmorales enriquecimientos de los amigos del poder. Y de los dueños del poder. Seguramente por aquél dicho de "cuando las barbas de tu vecino veas cortar…", la condena a Menem les demostró que no alcanza con tener una Corte adicta, porque se la puede cambiar. Pero a los jueces no, porque una vez nombrados tienen estabilidad. Entonces acá lo que se juegan, más allá de las falacias y sofismas que se les ocurran, es su propia impunidad. Es reforma o cárcel.
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