Si Belgrano viviera ¿sería kirchnerista?
Por Rogelio Alaniz / No fueron éstas las consideraciones de la señora. Lo sucedido el Día de la Bandera en Rosario así lo confirma. Como bien se sabe, en política está permitido ir y volver, lo que no se puede es retornar del ridículo. Del ridículo y sus variantes: lo patético y lo grotesco. Ese paso, ese empecinamiento por cruzar la línea que separa la tragedia de la comedia, la historia de la histeria, es lo que hizo la señora.
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