Por Pepe Eliaschev / No importa cuántos desaciertos o arbitrariedades cometa el Gobierno, pero en los confundidos ámbitos opositores siempre se las arreglan para ser cada vez menos apetecibles como alternativa a la perpetuación del kirchnerismo en el poder. La Casa Rosada inoculó exitosamente una vacuna ideológica aparentemente irresistible en ese difuso y paradojal mundo conocido como “centro izquierda”. Los efectos han sido devastadores para radicales, socialistas, “margaritos” (¿cómo llamarlos?) y post peronistas de izquierda.
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