Por Rogelio Alaniz / Pero en esta comparación entre el padre populista y el gobierno populista hay un punto a favor del padre que no debe desconocerse. El padre populista está equivocado, ha llevado a su familia a la quiebra y el futuro de sus hijos es la desocupación, el fracaso existencial, la droga o el delito, pero tiene un punto a su favor; lo hizo de buena fe, equivocado pero con buenas intenciones. En cambio, el gobierno populista no sólo no puede invocar inocencia, sino que suma a su responsabilidad un detalle significativo: es viciosamente corrupto.
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