Por Luis Aznar / Sus muchos “otros” hijos, los jóvenes camporistas, parecen estar bien gracias. Gracias a que han tomado por asalto las oficinas y empresas estatales, no precisamente el cielo, crecen sanos y gorditos como debe ser. Con la ideología setentista de sus padres un poco/bastante abollada por el mal uso, pero no se puede ser perfecto en esta vida. Por ahí no creo que vaya a tener grandes problemas por ahora.
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