En el año en que Néstor Kirchner produjo el golpe institucional en Santa Cruz, colocando a Carlos Sancho como gobernador interino, ordenó iniciar un negocio sobre energías limpias. Sin embargo, no abrió el juego a empresas del sector, sino que lo personalizó en Epsur SA, de Lázaro Báez y utilizó todas las conexiones oficiales del gobierno nacional y provincial para desarrollar la idea y propiciar el negocio, privilegiando a la empresa “amiga”. Dicho proyecto lo trasladó a Tierra del Fuego, convenciendo a su amigo Cóccaro de sumarse al mismo.
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